Entre Venecia, Viena y Pest
- Detalles
En la Gran Guerra (Vienesa) (1683–99) grandes partes de Croacia y Eslavonia se liberaron del poder otomano, se terminaron de establecer las fronteras de la República de Dubrovnik. En la guerra también participó la República de Venecia, que se estableció en Dalmacia.
Durante el siglo XVIII Croacia fue dividida entre la Monarquía de los Habsburgo y la República de Venecia. Además, Croacia y Eslavonia, en el marco de las tierras austríacas, estaban divididas en Croacia gobernada por ban, administrativamente bajo la parte húngara de la Monarquía, y el Confín Militar (Vojna Krajina), bajo la administración directa de Viena. La zona bajo el dominio veneciano estaba dividida en las provincias de Dalmacia e Istria.
La Sanción Pragmática, el acta legal del Parlamento Croata de 1712 que aceptaba que el derecho soberano de la dinastía de los Habsburgo podía traspasarse a una descendiente femenina (María Teresa). Se destacaba como elemento de derecho estatal croata en los más importantes actos de las instituciones de poder croata desde mediados del siglo XIX.
Por un breve tiempo durante las conquistas napoleónicas a comienzos del siglo XIX una parte de las tierras croatas se unificó en el marco de las Provincias Ilirias, cuando desaparecieron la República de Venecia y la República de Dubrovnik. Bajo el dominio francés se mejoraron las circunstancias económicas y culturales, se inició la modernización de la administración y la educación, y también llegaron en cierto grado las ideas revolucionarias hasta Croacia.



La falta de la integración territorial de Croacia era fuente de descontento constante. Por ello en la primera mitad del siglo XIX se desarrolló el movimiento nacional, político y cultural conocido como el Reavivamiento Nacional Croata o el movimiento ilirio. Los principales portadores eran miembros de la nueva clase burguesa, y el representante más destacado era Ljudevit Gaj (1809–72). En su aspecto cultural el programa se refería a la creación de una ortografía única y la introducción de una lengua estándar común. En su aspecto político se exigía la unificación entre Croacia, Eslavonia, Dalmacia, Rijeka, Confín Militar, Bosnia y las tierras eslovenas en un Estado, que formaría unión con Hungría y formaría parte de la Monarquía de los Habsburgo.
El acuerdo croata-húngaro. Acta de 1868 mediante la cual los Reinos de Croacia y Eslavonia por un lado y Hungría por el otro organizaron sus relaciones estatales y legales. Mediante el acuerdo se reconoció políticamente la nación croata, que además del reconocimiento en principio del territorio (excepto Rijeka), se le otorgó la administración interna, educación, religión y poder judicial como asuntos autónomos, con croata como lengua oficial, pero los reinos se vieron privados de autonomía financiera, y su ban dependía del presidente del gobierno conjunto.



La política de Reavivamiento se hizo evidente en Croacia durante la revolución de 1848–49. Josip Jelačić fue nombrado ban, y también comandante del Confín Militar y regente de Rijeka y Dalmacia. Bajo su poder después de varios siglos se unificó la mayor parte de las tierras croatas.
Esa unificación fue temporaria, porque ya en 1849 Viena introdujo un régimen absolutista que limitó la autonomía croata. Después de la abolición del absolutismo en 1866, en 1867 Viena contrajo el compromiso austrohúngaro con Pest. Mediante el compromiso, y contrario a los intereses croatas, Istria y Dalmacia fueron anexadas a Austria, y Croacia a la parte húngara de la nueva Monarquía austrohúngara. En esas circunstancias en 1868 fue pactado el acuerdo croata-húngaro, que consiguió una ampliada autonomía de los reinos de Croacia y Eslavonia (Banska Hrvatska), pero no la unificación real de las tierras croatas en el marco de la Monarquía. Por eso se buscaban otras soluciones, especialmente después de que Austrohungría ocupara Bosnia y Herzegovina en 1878. Por un lado, el obispo Josip Juraj Strossmayer y el historiador Franjo Rački abogaban por la causa de la unificación de los eslavos del sur, mientras que Ante Starčević y Eugen Kvaternik abogaban por la independencia. En 1871 Kvaternik intentó incentivar un sublevamiento por la secesión de Austrohungría.



También aparecieron los primeros partidos serbios, que se alinearon con los círculos húngaros y luego con el Reino de Serbia. En vísperas de la Primera Guerra Mundial se destacaron dos conceptos de la unificación en un Estado yugoslavo. Los políticos croatas, especialmente Frano Supilo y Ante Trumbić, activos en la emigración, buscaban una federación entre naciones iguales en la que se preservaría la estatalidad croata. El gobierno serbio intentaba aprovechar la guerra para crear la Gran Serbia, que además de Bosnia y Herzegovina se expandiría a grandes partes de Croacia, o abogaba por la creación de un Estado común bajo la hegemonía serbia.
Durante la guerra (1914–18) Croacia generalmente no estaba afectada por acciones militares directas, pero soldados de las tierras croatas lucharon en las unidades austrohúngaras en el frente balcánico, oriental e italiano (se estima que murieron alrededor de 140.000), así que al final de la guerra Croacia se encontró del lado derrotado, enfrentada con las pretensiones territoriales de Italia y Serbia, aliadas de la Triple Entente ganadora. El Sabor Croata cortó los lazos estatales con Austria y Hungría el 29 de octubre de 1918, proclamó la independencia de Croacia y decidió entrar en el Estado de los Eslovenos, Croatas y Serbios. Sin embargo, el nuevo Estado no obtuvo el reconocimiento internacional, y el 1 de diciembre de 1918 entró en la unión estatal con el Reino de Serbia y el Reino de Montenegro bajo condiciones desfavorables.